Bueno ya queda dicho. Me he apuntado a bailes de salón. La Gata Encerrada y yo nos hemos acercado a una clase de Madrid al azar (o más bien la más cercana/barata que había). Mientras veo la gala de LA VOZ, la cuarta o quinta ya, comentaré algo de lo que nos ha pasado allí.
La cosa es que esto venía del año pasado, de que había que apuntarnos pero cierto es que yo no estaba muy situado todavía en lo que era esta ciudad grandecita así que al final no nos apuntamos. Pero esta vez sí. Buscamos entre varias y al final nos quedamos con una que queda donde está la segunda zapatilla de Cristo pero, ahí fui el primer día, hace unos quince días, para pagar la matrícula. La cosa es que me atendió Juan Tomás, más gay que la motocicleta de Paco Clavel, más ilusionado por todo que el señor que dice Siiiiiiiii en Los Simpson, con más palabras que un cura en jueves santo... así es JuanTo. Pues que sí, que que bien que nos vamos a apuntar, pero Juanto ¿cuándo te pago?, "pues mira Víctor, aquí hacemos de una forma. Tú vienes a la primera clase y ves lo que hay. Si te gusta me pagas y sigues y sino pues te vas y tan amigos, pero te puedo asegurar una cosa... Te va a encantaaaaaaaarrrrrr". Yo le dije "vale vale" y me fui después de despedirme de Juan Tomás.
Hoy era el día que empezaba, el 7 de octubre marcado en mi calendario. Salgo tarde del trabajo y, después de meterme una carrera que ni Usain en los mundiales, llegué totalmente sudado. La Gata no estaba. La llamo y me dice que tengo que esperar, que salió tarde del trabajo y que tardará cinco minutos. A Juan Tomás le digo que tengo que esperar, pero Paco me coge y me dice "tú, te vienes conmigo". Un señor parecido a Javi de Verano Azul en mayor, es decir Charlie el del Comisario, o el patrón ese de El Barco, pero después de haberse tragado todo el orgullo gay y el EuroPride entero.
Allí me planto en la clase. Miro mis compañeros alumnos donde el más joven está prejubilado. Las señoras con sus cardados y tintes varios para su primer día de bailecole, los señores ya prejubilados o jubilados todos con sus varias versiones, un señor de unos 70 años que aparte de estar apuntado a Bailes de Salón está apuntado a Sevillanas con un par de cojones. El señor no se entera de nada, ya tiene su problema senil (se le nota en la clase, pero no se puede decir nada que a mí no me gusta de criticar) pero él no lo asume. Yo allí solo, rodeado con parte del Imserso y parte del público de Sálvame, mientras bailaban pasodoble (la clase ya había empezado), siendo la primera canción que escuché Soldadito Español de Marujita Díaz... algo que no anticipaba nada bueno.
Mañana más, o pasado... segundas partes son buenas.
La cosa es que esto venía del año pasado, de que había que apuntarnos pero cierto es que yo no estaba muy situado todavía en lo que era esta ciudad grandecita así que al final no nos apuntamos. Pero esta vez sí. Buscamos entre varias y al final nos quedamos con una que queda donde está la segunda zapatilla de Cristo pero, ahí fui el primer día, hace unos quince días, para pagar la matrícula. La cosa es que me atendió Juan Tomás, más gay que la motocicleta de Paco Clavel, más ilusionado por todo que el señor que dice Siiiiiiiii en Los Simpson, con más palabras que un cura en jueves santo... así es JuanTo. Pues que sí, que que bien que nos vamos a apuntar, pero Juanto ¿cuándo te pago?, "pues mira Víctor, aquí hacemos de una forma. Tú vienes a la primera clase y ves lo que hay. Si te gusta me pagas y sigues y sino pues te vas y tan amigos, pero te puedo asegurar una cosa... Te va a encantaaaaaaaarrrrrr". Yo le dije "vale vale" y me fui después de despedirme de Juan Tomás.
Hoy era el día que empezaba, el 7 de octubre marcado en mi calendario. Salgo tarde del trabajo y, después de meterme una carrera que ni Usain en los mundiales, llegué totalmente sudado. La Gata no estaba. La llamo y me dice que tengo que esperar, que salió tarde del trabajo y que tardará cinco minutos. A Juan Tomás le digo que tengo que esperar, pero Paco me coge y me dice "tú, te vienes conmigo". Un señor parecido a Javi de Verano Azul en mayor, es decir Charlie el del Comisario, o el patrón ese de El Barco, pero después de haberse tragado todo el orgullo gay y el EuroPride entero.
Allí me planto en la clase. Miro mis compañeros alumnos donde el más joven está prejubilado. Las señoras con sus cardados y tintes varios para su primer día de bailecole, los señores ya prejubilados o jubilados todos con sus varias versiones, un señor de unos 70 años que aparte de estar apuntado a Bailes de Salón está apuntado a Sevillanas con un par de cojones. El señor no se entera de nada, ya tiene su problema senil (se le nota en la clase, pero no se puede decir nada que a mí no me gusta de criticar) pero él no lo asume. Yo allí solo, rodeado con parte del Imserso y parte del público de Sálvame, mientras bailaban pasodoble (la clase ya había empezado), siendo la primera canción que escuché Soldadito Español de Marujita Díaz... algo que no anticipaba nada bueno.
Mañana más, o pasado... segundas partes son buenas.
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